Es preocupante el aumento de casos de suicidio e intento de suicidio en el mundo en lo que va del año. Pero lo que nos debe llamar a reflexión es el incremento de estos casos en jóvenes e incluso niños cuya única preocupación debería ser estudiar y jugar y no intentar quitarse la vida; algunos lo logran y solo recién allí es que nos ponemos a pensar que pudo causar este deseo de eliminarse de evadir la realidad de desaparecer de ya no estar más en este mundo.
Las causas son múltiples y muy complejas, podríamos citar por ejemplo, una mala calificación, temor a ser castigado, pérdida de algún objeto importante, decepciones amorosas, depresión, soledad, tristeza extrema etc.
Pero, ¿por qué los jóvenes? Pues porque ellos están atravesando una etapa de cambios, inseguridades, actuando muchas veces impulsivamente si n medir las consecuencias, con deseos de llamar la atención de quienes los rodean, quizás para ser tomados en cuenta o para expresar de esta manera la inconformidad que sienten ante un hogar que no los acoge, en el cual solo encuentran maltrato(físico o psicológico), no existe la comunicación, falta la presencia de algunos de los padres o de ambos y cuando están… solo es para menospreciarlos o recriminarlos no permitiendo de esta manera que esta etapa sea superada satisfactoriamente.
Es básico trabajar para que exista en los hogares, más comprensión, armonía, comunicación, unión, seguridad, respeto, amor, confianza, alejando la violencia de la familia, permitiendo el desarrollo de jóvenes saludables emocionalmente, fuertes para soportare el stress cotidiano y resilientes para sacar lo mejor aún de situaciones frustrantes, favoreciendo su identificación y la comprensión del inter juego factorial: individuo, familia, sociedad.
Padres, prestar mayor atención cuando su hijo:
- Baje la calidad de sus trabajos escolares.
- Sus hábitos de dormir y de comer estén alterados
- Muestre dificultad para concentrarse,
- Su comportamiento se torne violento, rebelde o se escape de casa
- Retraimiento de sus amigos, de su familia o de sus actividades habituales.
- Abandono en su apariencia personal fuera de lo habitual.
- Constantes quejas de dolores de cabeza, de estómago, cansancio, fatiga, labilidad asociados a alteraciones en su estado emocional.
Si el niño o adolescente menciona “yo me quiero matar , me quiero morir o me voy a suicidar”, se debe tomar muy en serio y buscar ayuda profesional para superar esta etapa y lograr estabilidad emocional lo que permitirá mejorar su calidad de vida y el establecimiento de relaciones interpersonales y familiares adecuadas.
Dra. Liliana Santoyo Castro Psicólogo C.Ps. P. 0880
